Organización interna de una obra

B8ra8ZSCEAACWq-La organización de una obra constituye una estructura jerarquizada, sujeta a una serie de reglas y normas de comportamiento que permiten a la empresa constructora alcanzar con eficacia y eficiencia los objetivos de economía, plazos, calidad y seguridad. Para que estos fines se alcancen de forma coordinada, las actividades se agrupan en departamentos o secciones con una asignación clara de funciones y responsabilidades, donde cada persona sepa el papel que debe cumplir y la forma en que sus tareas se relacionan con las restantes.

La organización interna de una obra consta de niveles funcionales establecidos en un organigrama. En él se determinan los estándares de interrelación entre los órganos o cargos, definidos por una serie de normas, directrices o reglamentos internos necesarios para alcanzar los objetivos. Cada empresa constructora tiene una forma de organizar sus obras, adaptando su funcionamiento a las particularidades de cada caso. Por tanto, se podría decir que hay tantos tipos de organización como de obras.

Una buena organización de una obra supone ventajas económicas, de ejecución en plazos, de seguridad y calidad. Con todo, no existen dos obras iguales porque cada una se desarrolla en emplazamientos diferentes, a la intemperie, con un exceso de personal contratado temporalmente y con escasa preparación. Además, los proyectos suelen presentar numerosos cambios a lo largo de su ejecución por imprevistos, deficiencias u otro tipo de circunstancias. Todo ello hace que la organización de la obra sea una de las claves decisivas en el éxito de la obra.

La propia dinámica de las obras hace inviable una organización reglamentaria, basada en normas rígidas establecidas de antemano. Una estructura de estas características, propia de las administraciones públicas, tiene la ventaja de resolver problemas similares de la misma forma. Sin embargo, el funcionamiento de la obra es lento y burocrático; es decir, carece de la flexibilidad necesaria para adaptarse a las situaciones cambiantes de la propia obra.

Las obras suelen estar organizadas de forma lineal. Esta estructura es la más simple y antigua caracterizada por el principio de autoridad lineal, donde las comunicaciones entre los miembros de la organización siguen la línea jerárquica establecida y la transmisión de órdenes, actuaciones, obligaciones y responsabilidades es clara y precisa. Las ventajas de la organización lineal pasa por su sencillez, facilidad de implantación y estabilidad. La construcción es un campo propicio a esta modalidad de organización, especialmente en obras pequeñas y medianas, no demasiado especializadas, con tareas estandarizadas y rutinarias, y con plazos de ejecución usuales.

Existen obras que, bien por su dimensión, complejidad o largos plazos de ejecución requiere de asesores, consejeros o departamentos especializados. Es el caso de una organización funcional, donde el mando se basa en el conocimiento, no teniendo ningún superior una autoridad total sobre los subordinados. Esta organización facilita la descentralización de las decisiones y la comunicación directa sin intermediarios. Sin embargo, en una obra, una organización funcional pura podría llevar a una pérdida de autoridad de mando, a una subordinación múltiple de distintos departamentos especializados y a confundir los objetivos.

Para evitar los problemas anteriores, aumentar las ventajas de las organizaciones anteriores, en las obras de determinada complejidad se propone una organización jerárquica-consultiva. En este tipo de organizaciones el principio de autoridad única se mantiene y son los órganos consultivos o de apoyo los que aconsejan a los jefes de línea respecto de algunos aspectos de sus actividades. La jerarquía (línea) asegura el mando y la disciplina, mientras que los especialistas proveen los servicios de consultoría y asesoría.

Una obra de tamaño medio suele estar dirigida por el jefe de obra, del que normalmente dependen tres departamentos, los servicios técnicos, los servicios administrativos y la producción propiamente dicha. En la Figura se presenta un organigrama tipo para estas obras.

Organización obra

El jefe de obra es la persona que asume la responsabilidad de los objetivos asignados. Es fácil que dependa del director técnico de la empresa constructora o del jefe de un grupo de obras. Entre sus cometidos se encuentran:

  • La representación de la empresa y el trato con el personal.
  • La definición, junto con la dirección facultativa, de aquellos puntos del proyecto que presentan indefiniciones o dudas.
  • La confección de las listas de unidades de obra o de materiales (subcontratistas, procedencia de materiales, etc.).
  • La decisión sobre el emplazamiento de las instalaciones y talleres.
  • El análisis de los procesos constructivos.
  • La planificación de los trabajos.
  • La coordinación y el seguimiento de la ejecución.
  • La relación con la oficina central de la empresa, el cliente y los subcontratistas.
  • La colaboración, con la dirección facultativa, en la elaboración de las certificaciones y la liquidación de la obra.

El jefe de obra también responde de la gestión administrativa: recepción y almacenamiento de los materiales, consumo de materiales, inventarios de obra, contratación y gestión del personal, valoración de los trabajos de subcontratistas, gestión de maquinaria y de consumos de combustible, electricidad, etc. En cuanto a la ejecución propiamente dicha, esta figura dirige las operaciones preparatorias al inicio de las obras, ordena los trabajos del personal y la maquinaria y la aplicación correcta de los materiales. Asimismo tiene asignada la responsabilidad del control de los tajos, de los subcontratistas, de los partes de trabajo y de la seguridad y salud en la obra.

Sin embargo, en estos cometidos, el jefe de obra necesita de una organización capaz de ayudarle en la consecución de los objetivos. Los jefes de producción (cuando las obras son importantes), los encargados de obra y los capataces completan, a grandes rasgos, la organización necesaria para llevar adelante la obra.

Una de las figuras más importantes es la del encargado de obra. Es una persona con gran experiencia capaz de organizar, dirigir y vigilar los trabajos de forma directa y cercana. Supone el enlace jerárquico entre los obreros y el personal gestor. En obras grandes, con tajos distanciados o unidades especializadas, pueden existir varios encargados coordinados por un encargado general.

Los capataces son el vínculo de unión de los encargados con los operarios asignados a un tajo. Suelen seleccionarse por su alto grado de experiencia y responsabilidad. Cuidan el rendimiento de la cuadrilla, se encargan de la puntualidad y el orden de los subalternos y de su formación si fuese necesario. Cumplimentan los partes diarios de mano de obra, maquinaria y materiales. Además, proponen a la dirección todos los cambios, modificaciones y controles convenientes.

Los servicios técnicos se encuentran al margen de la línea de producción, bajo la dependencia del jefe de obra. Las funciones que realiza este departamento son:

  • Oficina técnica: diseño de detalle, estudios, cálculos, mediciones, certificaciones y control de costes.
  • Gestión de la calidad y del medio ambiente: laboratorios y control técnico.

Los servicios administrativos también dependen directamente del jefe de obra, estando al margen de la línea ejecutiva. Se encargan de:

  • Los pedidos de compra de materiales y herramientas, de su almacenamiento, distribución y control.
  • Gestión de instalaciones y equipos: talleres, mantenimiento, parque de maquinaria, etc.
  • Los asuntos administrativos y legales relacionados con el personal.
  • El registro de operaciones contables.
  • La administración de cobros y pagos.
  • Otras tareas de apoyo: correspondencia, mecanografía, archivo, etc.

Os dejo a continuación un Polimedia sobre la importancia de la organización en los proyectos, presentada por Alberto Palomares. Espero que os guste.

Referencias:

PELLICER, E.; YEPES, V.; TEIXEIRA, J.C.; MOURA, H.P.; CATALÁ, J. (2014). Construction Management. Wiley Blackwell, 316 pp. ISBN: 978-1-118-53957-6.

YEPES, V. (2008). Site Setup and Planning, in Pellicer, E. et al.: Construction Management. Construction Managers’ Library Leonardo da Vinci: PL/06/B/F/PP/174014. Ed. Warsaw University of Technology, pp. 102-114. ISBN: 83-89780-48-8.

¿Qué factores son críticos para el éxito de la gestión de la calidad en la construcción?

El sector de la construcción ha adoptado, de forma muy importante, sistemas de gestión de la calidad tipo ISO 9000. Este tipo de sistemas de gestión choca en ocasiones con la realidad de la obra. Cada proyecto es un prototipo único y presenta unos problemas específicos que hace difícil la adopción de un sistema de gestión de la calidad único para toda la empresa. Son por ello necesarios planes de calidad específicos para cada uno de los casos.

Consciente de estos problemas, ya en el año 1997, la Comisión de las Comunidades Europeas presentó al Parlamento europeo un documento donde se recogían las recomendaciones para reforzar la competitividad del sector. Dentro de este documento la calidad en la construcción era un punto básico. A continuación se recogen algunos de los resultados de un estudio adjudicado a la empresa consultora WS Atkins y a la Universidad de Navarra respecto al análisis de los sistemas de gestión de la calidad en nueve empresas del sector de la construcción europeas de nueve países distintos.

Respecto de la implantación:

  • Implantar un sistema de gestión basado en los principios de la Calidad Total
  • Desarrollar conjuntamente sistemas de calidad tanto en la empresa como en la obra
  • Cambiar la cultura de la empresa si fuera necesario, y enfatizar la necesidad de adoptar un sistema de calidad
  • Mantener el interés y la motivación del personal en temas de calidad una vez obtenida la certificación
  • Conseguir el equilibrio justo entre el coste que implican los sistemas de calidad y el valor añadido que proporcionan
  • Redactar manuales de calidad sencillos y fáciles de manejar, para hacerlos más comprensibles

Respecto de la Dirección:

  • Fomentar el estilo de liderazgo preciso y establecer canales de comunicación efectivos
  • Delegar responsabilidades en los equipos de obra y en los niveles inferiores de la organización

Respecto del seguimiento del sistema:

  • Sistematizar la recogida de datos sobre la eficacia de los distintos procesos de negocio, especialmente los de determinación del costo de la no calidad y de la satisfacción del cliente
  • Aprender del seguimiento y evolución de los sistemas de calidad que realizan empresas de la industria mediante prácticas de benchmarking
  • Emplear indicadores específicos de rendimiento, tipo “scorecard” (cuadro de mando), para comprobar la adecuación de las tendencias a los objetivos concretos

Respecto de la gestión de obra:

  • Formación del personal de obra y gratificación de los logros conseguidos
  • Pronta detección de defectos mediante visitas continuas a obra para prevenir fallos
  • Creación de canales de comunicación formales y eficaces, evitando el abuso de los canales informales
  • Fomentar la confianza mutua y el intercambio de sugerencias y propuestas entre todos los participantes en el proceso constructivo

Referencias:

European Communities (2001). El camino europeo hacia la excelencia en la construcción. Editoriales Dossat 2000, Madrid. ISBN: 84-95312-50-6.

PELLICER, E.; YEPES, V.; TEIXEIRA, J.C.; MOURA, H.P.; CATALÁ, J. (2014). Construction Management. Wiley Blackwell, 316 pp. ISBN: 978-1-118-53957-6.

Deber de información en prevención de riesgos laborales en la construcción

Os dejo a continuación un vídeo explicativo de la profesora María Josefa Vidal Lucas sobre el marco legal general del deber de información en materia de prevención de riesgos laborales en obras de construcción. Espero que os sea útil.

 

 

 

 

 

 

 

Referencia:

http://riunet.upv.es/handle/10251/37895

 

¿Cuáles son las competencias transversales de la ingeniería?

Está cambiando profundamente el paradigma de aprendizaje en la educación superior en el ámbito universitario, y ello está afectando a las enseñanzas de ingeniería. Se trata de dar el paso definitivo en la educación basada en la formación por competencias en línea con el Proceso de Bolonia y el nuevo EEES. Desde que en España entramos en este proceso hay múltiples referentes, normativas, directrices y experiencias preliminares. Todo lo cual presenta no pocas dificultades, especialmente para los profesores que día a día tienen el reto de enseñar a sus alumnos. Aquí presento, de forma muy breve, las competencias transversales de la Universitat Politècnica de València que pretenden sintetizar el perfil competencial que adquieren todos los alumnos. Además, debe garantizarse cubrir el marco de referencia de algunas titulaciones con regulaciones o recomendaciones específicas.

Para su definición se han tenido en cuenta las normativas y directrices más importantes a nivel nacional e internacional, así como la numerosa literatura científica sobre competencias en la que ya aparece este mismo concepto. El documento de definición de las dimensiones competenciales contempla una relación de 13 conceptos que se definen a su vez en términos de competencias y que se despliegan en resultados de aprendizaje para los niveles de grado y máster.

La relación de las competencias transversales definidas son:

  1. Comprensión e integración.
  2. Aplicación y pensamiento práctico.
  3. Análisis y resolución de problemas.
  4. Innovación, creatividad y emprendimiento.
  5. Diseño y proyecto.
  6. Trabajo en equipo y liderazgo.
  7. Responsabilidad ética, medioambiental y profesional.
  8. Comunicación efectiva.
  9. Pensamiento crítico.
  10. Conocimiento de problemas contemporáneos.
  11. Aprendizaje permanente.
  12. Planificación y gestión del tiempo.
  13. Instrumental específica.

Como las competencias se adquieren en un proceso evolutivo largo (incluso se puede afirmar que a lo largo de toda la vida), se establecen en primera instancia dos niveles de dominio que se corresponden al Grado y al Máster y que indican los aprendizajes que los estudiantes deberán alcanzar al finalizar los dos niveles en cada una de las competencias transversales.

Os paso un vídeo de la Universidad Politécnica de Madrid de unas jornadas sobre competencias transversales en ingeniería.

En este otro vídeo de la Universitat Politècnica de València, explican a los alumnos, de forma simpática, las competencias transversales.

La evaluación de competencias a través de una rúbrica

Las rúbricas son guías precisas de valoración y puntuación usadas en la evaluación de los niveles de desempeño de los estudiantes en un aspecto determinado, que describen las características específicas de un producto, proyecto o tarea en varios niveles de rendimiento.

Su FINALIDAD es

  • Clarificar lo que se espera del trabajo del alumno valorando la ejecución.
  • Facilitar al alumno los criterios que el profesor espera de ellos en sus actividades de aprendizaje y con los que serán evaluados.
  • Ofrecer feedback a los alumnos para la mejora de su aprendizaje.
  • Evaluar de forma objetiva y consistente, sobre todo aquellas áreas consideradas subjetivas, complejas, imprecisas mediante criterios que cualifican progresivamente el logro de aprendizajes, conocimientos, competencias desde un nivel incipiente hasta un nivel experto.
  • Motivar y promover las expectativas positivas hacia la evaluación clarificando de qué manera pueden alcanzar los alumnos los mejores resultados.
  • Facilitar la comunicación con el estudiante sobre los resultados de sus aprendizajes, su progreso y producto final.
  • Promover el pensamiento crítico y la creatividad.

Para ello HAY QUE:

  • Determinar los objetivos del aprendizaje.
  • Identificar los aspectos a valorar.
  • Definir descriptores, escalas de cualificación y criterios.
  • Determinar el peso –calificación- de cada criterio.
  • Revisar la rúbrica y reflexionar sobre su impacto educativo.
  • Explicar a los alumnos el funcionamiento y la metodología de aplicación.

 

En el siguiente enlace encontrarás una herramienta para crear rúbricas.

Os dejo a continuación algunos vídeos al respecto que espero os sean de interés:

¿Qué es Takt Time? ¿Se puede aplicar en la construcción?

Takt Time es un concepto relacionado con la filosofía Lean Manufacting. Takt es una palabra que deriva de la alemana Taktzeit que significa “ritmo”, “comás”; por tanto Takt Time se podría definir como la cadencia por la cual un producto debería ser fabricado para satisfacer la demanda del cliente.

El Takt time se emplea habitualmente en procesos de montaje que sirven a clientes externos, sin embargo, este concepto también sería aplicable a nuestras obras y procesos constructivos. Si nuestro ritmo de trabajo está por debajo del requerido, entonces deberemos gastar más recursos, realizar horas extraordinarias, incluso aumentar los turnos para alcanzar la producción requerida. Ello, evidentemente, redundará negativamente en el balance económico y en la calidad de la obra.

Por el contrario, si el ritmo es superior al demandado, entonces incurriremos en tiempos de espera, deberemos cambiar de tajo de trabajo, tendremos más producción de la requerida. En obra esta situación no suele ser habitual, pero también es perniciosa.

El Takt Time es fácil de calcular si se divide el tiempo efectivo de un proceso entre la producción que el cliente demanda en dicho lapso de tiempo. Entendemos como tiempo efectivo de un proceso el tiempo disponible menos las paradas planificadas (comida, reuniones, limpieza, descansos y mantenimiento planificado, etc.). Las paradas no programadas no se contemplan en este tiempo que restamos, pues son variables que deberemos reducir al máximo.

El jefe de obra, bajo esta perspectiva, debería ser lo más parecido a un director de orquesta, que va marcando el ritmo de forma que todos los componentes se encuentren coordinados. La filosofía parece sencilla, pero la aplicación práctica requiere de un esfuerzo coordinado de toda la organización.

 

 

Gestión de la prevención: agentes y responsabilidades

La construcción se caracteriza por su alta siniestralidad, generando una gran parte de los accidentes graves y mortales que se producen en el conjunto de todos los sectores económicos. La prevención de riesgos laborales en la construcción debe enfocarse desde dos ámbitos diferenciados, aunque íntima y obligatoriamente ligados entre sí: el de la empresa y el de todas y el de sus obras, con sus características singulares y cambiantes. En el primero se enmarcan los criterios generales de actuación aplicables a todas las obras adjudicadas a la empresa, sin olvidar la prevención aplicable a sus oficinas centrales, talleres, almacenes, etc. Por otra parte, las obras se construyen en un entorno socioeconómico sometido a normas legales que lo condicionan y a un procedimiento altamente reglamentado. Por último, cada constructora adopta unos métodos y procedimientos propios aplicables a cada una de sus obras.

Según la directiva CEE 92/57, las obligaciones y responsabilidades básicas de cada uno de los agentes implicados son las siguientes:

  • Promotor (generalmente actuando por medio de la dirección facultativa de obra):

o   Nombrar al coordinador de seguridad y salud.

o   Garantizar que, antes de la implantación y organización de la obra, se redacte un plan de seguridad y salud.

o   Informar mediante un aviso previo a las autoridades competentes antes del comienzo de la obra; éste aviso se expone en la obra y su contenido básico es el siguiente: fecha de envío, dirección de la obra, promotor, tipo de obra, director de la obra, coordinador de seguridad y salud durante la fase de preparación del proyecto y durante la fase de ejecución de la obra, empresa constructora, fecha prevista de comienzo, duración prevista, número máximo estimado de trabajadores, número previsto de contratistas y trabajadores autónomos y detalles de los contratistas ya escogidos.

  • Coordinador de seguridad y salud durante la fase de ejecución de la obra:

o   Coordinar los principios generales de prevención y seguridad.

o   Coordinar las disposiciones más relevantes para garantizar que las empresas apliquen los principios de la prevención.

o   Supervisar el cumplimiento del plan de seguridad y salud.

o   Proponer y supervisar cualquier ajuste preciso en el plan de seguridad y salud durante la ejecución de los trabajos.

o   Supervisar que los procedimientos de trabajo se estén aplicando correctamente.

o   Adoptar las medidas necesarias para garantizar que sólo el personal autorizado tenga permiso para acceder a la obra.

  • Empresa constructora contratista (y subsecuentemente las empresas subcontratistas), generalmente actuando por medio del jefe de obra, de los responsable de tajo y de los recursos preventivos designados:

o   Garantizar la seguridad y salud de los trabajadores.

o   Adoptar las medidas necesarias para la protección de la seguridad y salud de los trabajadores, incluyendo la prevención de los riesgos laborales y la disposición de información y formación, así como la disposición de la organización y los medios necesarios.

o   Evaluar los riesgos para la seguridad y salud en el trabajo, incluyendo aquellos a los que se enfrentan los grupos de trabajadores expuestos a riesgos particulares.

o   Decidir acerca de las medidas protectoras que se deben tomar y, si es preciso, del equipo de protección que se debe usar.

o   Disponer de una lista de los accidentes laborales que ocurran a trabajadores que no puedan trabajar durante más de tres días laborables.

o   Redactar informes sobre los accidentes laborales sufridos por sus trabajadores para las autoridades.

o   Tener en cuenta las indicaciones del coordinador de seguridad y salud.

o   Adoptar los requisitos mínimos de seguridad y salud en las obras.

o   Consultar a los trabajadores y/o sus representantes y permitirles formar parte de las discusiones sobre la seguridad y la salud en el trabajo.

o   Garantizar que cada trabajador reciba la formación adecuada.

  • Trabajadores:

o   Cuidar, en la medida de lo posible, de su propia seguridad y salud y de la de otras personas afectadas por sus actos, de acuerdo con su formación y las instrucciones que el empresario le haya dado.

o   Utilizar correctamente la maquinaria, herramientas, sustancias peligrosas, equipo de transporte y equipos de protección personal y colectiva.

o   Informar al empresario acerca de cualquier situación laboral que represente un serio e inmediato peligro para la seguridad y de cualquier defecto en los dispositivos de protección.

Os dejo a continuación un par de vídeos explicativos que espero os sean de interés.

Referencias:

PELLICER, E.; YEPES, V.; TEIXEIRA, J.C.; MOURA, H.P.; CATALÁ, J. (2014). Construction Management. Wiley Blackwell, 316 pp. ISBN: 978-1-118-53957-6.

 

 

¿Cuántos actores existen en el proceso proyecto-construcción?

¿Todos los actores que intervienen en la gestión y materialización de un proyecto de construcción tienen relaciones fluidas? ¿Se entienden entre ellos? En post anteriores ya hablamos de los problemas de los proyectos, de los problemas de calidad y los despilfarros, de la norma ISO 10006 como vía para mejorar dichos problemas, e incluso de los problemas que presentan los propios recursos humanos en relación con la calidad. Hoy nos vamos a centrar en los actores de este proceso tan complejo. Seguro que de la lectura de las ideas que vienen a continuación se pueden sacar más conclusiones o debate. Os animo a ello.

Entre los actores que intervienen en la construcción de una obra de edificación o de ingeniería civil (promotor, propiedad, usuario final, etc.) destacamos cuatro cuyas relaciones van a determinar la posibilidad de establecer una gestión de proyectos según el espíritu recogido en las normas ISO 10006. Éstos son los siguientes: Continue reading “¿Cuántos actores existen en el proceso proyecto-construcción?”

¿Qué es y para qué sirve el jefe de obra?

En esta entrada vamos a “rescatar” y prestigiar el oficio de “jefe de obra”. Con la actual crisis ya comenté en algún post anterior que llegaríamos a tener que acudir a las hemerotecas, museos y documentales para rescatar oficios que, como siga la crisis actual, están en vías de desaparición. Veamos, pues, algunas características de este oficio tan peculiar.

Una obra de tamaño medio suele estar dirigida por el jefe de obra, del que normalmente dependen tres departamentos, los servicios técnicos, los servicios administrativos y la producción propiamente dicha. En la Figura se presenta un organigrama tipo para estas obras.

El jefe de obra es la persona que asume la responsabilidad de los objetivos asignados. Es fácil que dependa del director técnico de la empresa constructora o del jefe de un grupo de obras. Entre sus cometidos, y seguro que me dejo alguno muy importante, se encuentran:

  • La organización de los recursos humanos, económicos y materiales de la obra.
  • La representación de la empresa y el trato con el personal.
  • La definición, junto con la dirección facultativa, de aquellos puntos del proyecto que presentan indefiniciones o dudas.
  • La confección de las listas de unidades de obra o de materiales (subcontratistas, procedencia de materiales, etc.).
  • La decisión sobre el emplazamiento de las instalaciones y talleres.
  • El análisis de los procesos constructivos.
  • La responsabilidad en la seguridad y salud de los trabajadores a su cargo.
  • La planificación de los trabajos.
  • La coordinación y el seguimiento de la ejecución.
  • La relación con la oficina central de la empresa, el cliente y los subcontratistas.
  • La colaboración, con la dirección facultativa, en la elaboración de las certificaciones y la liquidación de la obra.

 

El jefe de obra también responde de la gestión administrativa: recepción y almacenamiento de los materiales, consumo de materiales, inventarios de obra, contratación y gestión del personal, valoración de los trabajos de subcontratistas, gestión de maquinaria y de consumos de combustible, electricidad, etc. En cuanto a la ejecución propiamente dicha, esta figura dirige las operaciones preparatorias al inicio de las obras, ordena los trabajos del personal y la maquinaria y la aplicación correcta de los materiales. Asimismo, tiene asignada la responsabilidad del control de los tajos, de los subcontratistas, de los partes de trabajo y de la seguridad y salud en la obra.

Sin embargo, en estos cometidos, el jefe de obra necesita de una organización capaz de ayudarle en la consecución de los objetivos. Los jefes de producción (cuando las obras son importantes), los encargados de obra y los capataces completan, a grandes rasgos, la organización necesaria para llevar adelante la obra.

Por tanto, la profesión de jefe de obra requiere de ciertas habilidades como la negociación, el trato con empleados y clientes, sus habilidades en la gestión económica y financiera, su visión de negocio, su resiliencia frente a las dificultades, que hacen de esta profesión un reto. Podría decirse que, salvando las distancias, sería lo equivalente a un director en una fábrica, en un hospital o en un banco. Una profesión nada fácil, que requiere una fuerte vocación y que mejora con la experiencia.

Os dejo un estupendo vídeo de Structuralia sobre el jefe de obra, sus orígenes y cometidos. Espero que os guste.

Referencias:

PELLICER, E.; YEPES, V.; TEIXEIRA, J.C.; MOURA, H.P.; CATALÁ, J. (2014). Construction Management. Wiley Blackwell, 316 pp. ISBN: 978-1-118-53957-6.

YEPES, V. (2008). Site Setup and Planning, in Pellicer, E. et al.: Construction Management. Construction Managers’ Library Leonardo da Vinci: PL/06/B/F/PP/174014. Ed. Warsaw University of Technology, pp. 102-114. ISBN: 83-89780-48-8.

¿Qué habilidades demanda el mercado a los profesionales de la construcción?

La fuerte depresión que presenta el mercado de la construcción en España manifiesta claramente la necesidad de una profunda reestructuración en la formación de los profesionales que se dedican a este sector. No pretende ser este post ser una receta mágica capaz de resolver los problemas que acosan al sector, pero sí que puede aportar alguna luz al debate de dónde estamos y hacia dónde tenemos que ir. Dejo, por tanto, una pequeña aportación sobre este tema y que se presentó por parte de varios colegas de la Universidad Politécnica de Valencia en el XVI Congreso Internacional de Ingeniería de Proyectos, AEIPRO, celebrado en Valencia. Estoy convencido de que las opiniones al respecto son numerosas y todas bienvenidas.

Resumen: Los egresados en titulaciones relacionadas con en el sector de la construcción encuentran actualmente un panorama laboral marcado por un alto índice de desempleo, siendo especialmente preocupante para los recién incorporados al mercado laboral. Esta situación, marcada por la crisis económica, se ve agravada por la necesidad, ya constatada años atrás, de una formación en gestión que complemente las competencias técnicas adquiridas en los estudios de grado. El objetivo de este artículo es identificar las competencias demandadas por el mercado laboral. De esta forma, se puede evaluar en qué medida los estudios de posgrado en construcción cubren estas carencias. El método utilizado ha sido la consulta de informes emitidos por distintas asociaciones profesionales nacionales e internacionales en el ámbito de la construcción. Estos informes recogen tanto las carencias detectadas en los planes de formación actuales como las derivadas de expectativas de nuevos mercados en el sector. El análisis de esta información se realiza con el indicador AI (Adequacy Index), que permite evaluar en qué medida un programa de formación cubre las necesidades detectadas por el mercado laboral.

TORRES-MACHÍ, C.; PELLICER, E.;  YEPES, V.; PICORNELL, M. (2012). Habilidades demandadas por el mercado laboral para los profesionales de la construcción. XVI Congreso Internacional de Ingeniería de Proyectos, AEIPRO, 11-13 de julio, Valencia, pp. 2368-2379. (link)