Calidad de diseño de un sistema hotelero

El hotel Burj Al Arab en Dubai

La atención a las distintas prioridades, necesidades y expectativas que pueda precisar un cliente cuando requiere los servicios de una instalación hotelera conduciría al diseño de un hotel distinto para cada uno de ellos. Se deben segmentar diversas tipologías de usuarios para decidir qué prestaciones o requerimientos deberán cubrirse antes de iniciar el diseño de una infraestructura de este tipo. La calidad de diseño estará guiada principalmente por el poder adquisitivo del mercado elegido. Si bien una mayor grado[i] o calidad de diseño puede implicar mayores costos -instalaciones de hoteles de 5 estrellas suponen mayores inversiones que otro de 3-, algunas instalaciones con costes mayores en su adquisición pueden reportar mejores prestaciones y a su vez menores costes de utilización, minimizando costes a largo plazo (Yepes, 1996).

Lo que sí es cierto es que si bien una buena calidad de diseño es decisiva para el comportamiento del producto -instalación hotelera-, no es suficiente para llegar a perfeccionar la satisfacción del cliente. No obstante, no se debe de menospreciar dicha faceta de calidad ya que compromete claramente aspectos tales como la duración de la propia instalación, su fiabilidad, su comodidad, ausencia de ruidos, características de intercambiabilidad, tiempos de espera y prontitud en el servicio, consumos energéticos y otros, que ponen en tela de juicio la satisfacción del usuario y la eficiencia económica de la empresa. Si bien en algún caso se pueden suplir ciertas deficiencias con la voluntad y buen hacer de los recursos humanos, las carencias de tipo estructural comprometen la competitividad y por tanto la viabilidad del negocio.

Hotel Rural Villa de Mestas (Cangas de Onís)

La calidad de diseño de un sistema hotelero se debería establecer a través de las siguientes fases (Yepes, 1996):

  • Identificar las necesidades de los distintos segmentos de mercado. Cualquier inversión en este sentido resulta altamente efectiva a la hora de buscar la satisfacción del cliente. No se debe proyectar un hotel como un edificio al gusto del arquitecto o del propietario, debe serlo a gusto del huésped buscado.
  • Elaborar un producto -instalaciones hoteleras- acorde a dichas necesidades, desarrollando las especificaciones de un proyecto factible, que lleven a la satisfacción de cliente -tanto interno como externo- y a la eficiencia económica. De las múltiples opciones existentes que cumplirían dichos objetivos, se elegirá aquella que minimice los costes globales a lo largo de la vida del hotel. Técnicas como el “análisis del valor[ii] deben desechar cualquier componente de diseño que no proporcione valor añadido al cliente, reduciendo los costes al mínimo necesario. Esta implicación siempre obliga al estudio de varias soluciones alternativas.

Gran Hotel Bali (Benidorm)

Se hace evidente la necesidad de un equipo multidisciplinar para la realización del proyecto de un hotel. El nivel de calidad alcanzado por un grupo integrado de especialistas no tiene comparación con el mejor resultado conseguido por un solo profesional, el cual, hoy, por muy experto y dotado que sea, no tiene, materialmente, la posibilidad de seguir las numerosas innovaciones que están desarrollando de forma cada vez más acelerada. Profesionales tales como expertos en márketing turístico, en empresas turísticas y sistemas hoteleros, arquitectos, urbanistas, ingenieros, sociólogos, economistas, interioristas y otros permiten resultados capaces de optimizar la factibilidad del proyecto hotelero. Sistemas de gestión avanzados tales como la Gestión Integrada de Proyectos[iii] -Project Management-, permiten ventajas comparativas frente a otros sistemas de gestión en el diseño y construcción de proyectos complejos.

Las decisiones estratégicas a realizar son la localización del establecimiento, la categoría que se debe ofrecer, la dimensión que se ha de crear, los tipos de servicios que se ofrecerán, el equipamiento técnico a incorporar, la oferta complementaria a añadir y la imagen que se desea para el hotel.

El planteamiento del diseño de un sistema hotelero va a considerar siempre un doble aspecto: el técnico, para que el sistema proyectado preste su servicio en las mejores condiciones de costes y rentabilidad para la empresa; y el social de cara a satisfacer mejor las aspiraciones, condiciones y necesidades del personal, utilizando mejor los recursos humanos, y por supuesto de los clientes.

La localización de la producción turística va a ser fundamental para el éxito o fracaso de la empresa. La ubicación de una industria turística, productora de bienes y servicios como es un sistema hotelero, va a depender de la proximidad y coste de los factores productivos influyentes, de la existencia de transporte relativamente rápido de los bienes generados y de la población consumidora en población cercana. A pesar de ello, la producción de un sistema hotelero está basada fundamentalmente en el servicio, exigiendo poca materia prima elaborada para ser trasladada, el servicio hotelero se consume en el propio hotel, y por último, el turismo no ha de condicionar su demanda a la constituida por la población que habita en entorno. Sin embargo, los factores que sí son decisivos en la localización de un proyecto hotelero serán la existencia de una vía rápida y cómoda de comunicaciones -aeropuertos, autovías, etc.-, la existencia de un producto turístico ya consolidado, el mercado del suelo, un marco social estable y atractivo, etc.

A la hora de definir el proyecto hotelero, se decidirá la naturaleza del mismo. El producto podría definirse para la venta individual o colectiva a grupos de viajeros. Se debería decidir entre un sistema hotelero de alta calidad de imagen y contenido, o bien un hotel impersonal y para producción masificada. Un sistema que pudiera dar servicios al cliente sin tener que recurrir a “packages” o “for-taits”, o bien que pueda adquirir su servicio de forma unitaria o separada. Por último, el diseño hotelero puede definirse como diferenciado de los demás, o ser un proyecto estándar. Estos grupos de variables se podrían combinar entre sí, ya que en principio no existirían incompatibilidades de tipo técnico. Se puede definir un hotel para un uso colectivo, cuyos servicios se vendan en un paquete, en una instalación hotelera estándar y pensada para una producción masiva; aunque quizá no sea ésta la estrategia adecuada para la supervivencia de la empresa en determinadas zonas.

Otro de los condicionantes básicos de la calidad de diseño del hotel es la consideración funcional u organizativa del mismo. Todo el valor añadido que se proporciona al cliente viene determinado por procesos de producción de servicios. Debe por tanto estudiarse cómo se desempeñan los mismos de modo que las instalaciones que los cobijen proporcionen elevados rendimientos a los procesos, como forma de reducir costes. Se precisan estudios a nivel matricial de interrelaciones entre las actividades realizadas por los huéspedes, el personal de servicio, los espacios funcionales del hotel y sus flujos. Cualquier línea de producción debe ser funcional, es decir, con elementos cuyas prestaciones estén correctamente dirigidas a las exigencias del servicio.

En este sentido han de convivir las tres áreas funcionales de un hotel, es decir las comunes, residenciales y de servicio, de modo que se eviten cruces o interferencias entre ellas. Los circuitos de clientes y del servicio se deben de diferenciar evitando cruces y racionalizándose sus recorridos.

ACTIVIDAD DE LOS HUÉSPEDES ACTIVIDAD DEL PERSONAL. ESPACIOS.
Pedir información. Dirección. Recepción.
Reservar la habitación. Administración. Portería.
Tomar posesión de la hab. Compras. Habitación.
Reposar. Comunicación a distancia. Sala de estar.
Leer. Recepción. Espacio para leer.
Escribir. Portería. Espacio para escribir.
Dormir. Transporte equipaje. Bar (barra).
Beber. Transporte personas. Bar (mesas).
Comer. Gobernanta. Sala restaurante.
Usar el baño. Limpieza. Baño (habitación).
Desnudarse-vestirse. Arreglo habitaciones. Baño exterior.
Mirar la TV. Guardarropa clientes. Guardarropa.
Relacionarse. Lavandería. Sala TV.
Recibir. Guardarropa lencería. Espacio para conversar.
Divertirse. Cocina. Espacios para diversión.
Telefonear. Servicio de mesas. Espacios para deporte.
Eliminar residuos. Bar. Cabina telefónica.
Lavarse. Evacuación basuras. Caja
Lavar. Almacén. Garaje-aparcamiento.
Hacer deporte. Mantenimiento. Tiendas interiores.
Cuidarse. Funcionamiento instalaciones. Salas multifunción.
Hacer compras. Función. servicios higiénicos. Cafetería.
Estar. Venta. Grill.
Ir. Asistencia deportiva. Terrazas.
Transitar. Animación. Solarium.
Bañarse en la piscina. Asistencia sanitaria. Piscina.
Utilizar el gimnasio. Asistencia clientes. Esp. deportes interiores.
Dejar la habitación. Jardín.
Pagar la cuenta. Hall

TABLA. Actividades y espacios requeridos en un hotel. Adaptado de Buzzelli, 1985.

En cuanto a la calidad de diseño de las habitaciones, que es el lugar donde el cliente va a pasar más tiempo en relación al resto de instalaciones del hotel, se debe atender a los criterios de funcionalidad[iv], confort -tanto físico como psicológico- y estética, teniendo en cuenta siempre la optimización del coste. De hecho, debería ser obligado en la concepción de un hotel, integrar dentro del mismo proyecto el diseño arquitectónico y el contenido, la decoración e interiorismo de los diferentes habitáculos.

No deben olvidarse la necesidades del personal de servicio, ya que el trabajo humano es más importante en muchos aspectos que los aspectos físicos o infraestructurales. El diseño de un proyecto hotelero debe examinar las necesidades de alojamiento del personal, tanto dentro como fuera del hotel, las exigencias espaciales para el desempeño de las funciones cotidianas (comedor, sala de descanso, vestuarios, servicios higiénicos, etc.), así como otras demandas del servicio tales como equipamientos asistenciales y recreativos.

Es incluso, en esta fase de diseño, cuando se debieran plantear los criterios de adecuación de los resultados de los procesos que conforman la prestación de los productos/servicios hoteleros. El mayor o menor grado en el cumplimiento de los objetivos proyectados para el desempeño de una instalación hotelera y de los servicios prestados al cliente deben medirse para analizar y mejorar los procesos, dentro de una política de Mejora Continua en el seno de una empresa hotelera, que puede empezar a planificarse incluso antes de la existencia física del hotel. El diseño de estándares de calidad[v], tanto físicos como de servicio, permitirían adecuar -siempre que se analice cuidadosamente lo que requiere el cliente- el grado de cumplimiento entre lo que espera nuestro huésped y lo que realmente le ofrecemos. A nivel del proyecto de las instalaciones, un estudio claro de las especificaciones que se deben ofrecen al cliente permitirá una mejora sustancial de la calidad final del producto/servicio ofertado. No obstante, sería incorrecto circunscribir el concepto de Calidad al de “conformidad con especificaciones”, planteamiento técnico de Crosby de la empresa orientada al producto, ya que es claramente insuficiente para representar las responsabilidades de la empresa en la Gestión de la Calidad Total. Las “especificaciones” deben definirse como atributos de la Calidad entendida como “adecuada para el uso”.

Al mismo tiempo, estas condiciones deben proporcionar una estructura hotelera con unas características que garanticen el éxito comercial y optimicen la inversión. Éstas, según Doswell (Buzzelli, 1984), deben cumplir básicamente los siguientes requerimientos:

  • Atemporalidad: El devenir del tiempo no debe dar la sensación de envejecimiento. Esto significa que cualquier aspecto ligado a modas y estilos pasajeros debe ser evitado cuidadosamente.
  • Capacidad: Todos los elementos deben guardar, durante el período de uso previsto, una relación equilibrada entre utilización y volumen.
  • Compatibilidad: Todos los componentes se adecuarán al uso, tanto para los clientes como para el personal, y cada uno ha de ser compatible con los demás.
  • Gestionabilidad: Cada elemento del sistema hotelero debe facilitar las operaciones de contabilidad, gestión y control.
  • Continuidad: Cada elemento debe garantizar un buen nivel de resistencia y ser fácilmente substituible para evitar discontinuidad en el servicio.
  • Fiabilidad: Los equipos, las instalaciones, los elementos tecnológicos y decorativos, y los accesorios deben durar el tiempo de vida media y por tanto alcanzar un nivel justo de duración y resistencia.
  • Flexibilidad: Todas las partes del sistema deben ser flexibles, tanto en el uso como en el tiempo, para adaptarse a las posibles modificaciones de la organización productiva y modernización del hotel.
  • Seguridad e Higiene: Garantizar a los clientes y al personal todas las condiciones establecidas en la normativa correspondiente.
  • Mantenimiento: Todas las instalaciones deben ser accesibles, y a ser posible se debe evitar la necesidad de recurrir a técnicos muy especializados. Los elementos del sistema deben permitir con facilidad su desmontaje y su desplazamiento.
  • Movilidad: Todas las piezas deben ser desmontables, móviles y desplazables para garantizar las reparaciones y para permitir combinaciones. También se debe facilitar las operaciones de limpieza y conservación.
  • Protección: Deben existir condiciones que faciliten eficazmente la defensa ante agentes atmosféricos, niveles inoportunos de temperatura, insectos, radiaciones solares, humos, ruidos, olores, etc.
  • Sobriedad: Cada elemento debe proporcionar la producción económica de los servicios, no considerando aquellos que no aporten valor añadido al cliente.
  • Valor: Se elige cada componente respetando valores topes que garanticen una correcta amortización dentro de su límite de vida útil.

[i] El desequilibrio entre los deseos humanos y su nivel adquisitivo conduce a distintos “niveles de excelencia” de los productos y servicios. Cada uno de estos niveles sería un “grado”. Cada diferencia de “grado” sería una diferencia en “calidad de diseño”.
[ii] Se definiría “valor” como la relación entre la contribución de las funciones de un producto/servicio -en nuestro caso un hotel o parte de él- a la satisfacción de las necesidades de los usuarios y el coste necesario para conseguir dichas funciones. Véase LUQUE y CARVAJAL (1995).
[iii] Véase HEREDIA (1985).
[iv] No olvidar en este punto las necesidades de ciertos clientes con restricciones en cuanto a su accesibilidad, ya que pequeñas consideraciones a la hora de diseñar o remodelar la infraestructura hotelera simplifica y facilita enormemente el uso de las instalaciones por parte de este segmento de clientes.
[v] Un estudio con alto nivel de detalle sobre estándares de calidad físicos y de servicio fue desarrollado por la Consellería de Industria, Comercio y Turismo de la Generalitat Valenciana (1994). Véase también MEMBRADO, J. y MOLINA, F. (1995).
Referencias:
BUZZELLI, G. E. (1984): Manual de la Industria Hotelera: Proyecto, estructura y tecnología. Ediciones CEAC, Madrid.

HEREDIA, R. (1985). Dirección Integrada de Proyecto. Alianza Editorial, Madrid.

LUQUE, M.A. y CARVAJAL, R. (1995). Gestión del valor: integración de herramientas para la mejora de la calidad. Forum Calidad nº 62, pp 31-37, junio.

MEMBRADO, J. y MOLINA, F. (1985). Estrategias de Calidad Total para empresas hoteleras. Ponencias VI Congreso Nacional de la Calidad, pp. 153-162. Ediciones Gestión 2000, Barcelona.

YEPES, V. (1996). Calidad de diseño y efectividad de un sistema hotelero. Papers de Turisme, 20: 137-167.

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Por qué se incumple la máxima calidad/precio en el turismo

En este artículo voy a intentar explicar los motivos por los que el turista está dispuesto a pagar menos y exigir una calidad de servicio cada vez mayor. Además, intentaremos entender cómo la calidad en el sector turístico bascula fundamentalmente en el destino turístico. Por tanto, ya podemos adelantar que el sector turístico precisa, para seguir compitiendo, de un fuerte incremento en la calidad y de unos precios altamente competitivos. Por supuesto, sin confundir los conceptos de calidad y de lujo, conceptos claramente diferenciados en el ámbito de la gestión de la calidad. Incremento de calidad y reducción de precios, en un contexto de fuerte competencia, solo es posible con un gran esfuerzo por parte de las empresas en relación con la gestión de sus recursos y a un fuerte entendimiento entre el sector público y privado en lo que respecta al mantenimiento de una alta calidad en prestación de servicios y preservación paisajística y medioambiental de los destinos turísticos. Tarea nada fácil, por cierto, donde la formación de nuestros recursos humanos es una pieza fundamental en este puzzle.

La globalización de los mercados turísticos, las estructuras de costes en los destinos emergentes o el abaratamiento del transporte ha provocado el aumento de la competencia y las posibilidades de elección de destino. La estrategia competitiva basada tan solo en el precio desencadena dinámicas difíciles de romper, en las cuales una minoración en los costes conlleva mayores volúmenes de negocio que resultan inconciliables con la progresiva rivalidad de los destinos turísticos, que a su vez, traen consigo consecuencias ambientales y sociales inadmisibles en el marco de un desarrollo sostenible. La pluralidad de comportamientos de los consumidores, cada vez más dirigidos hacia ofertas diferenciadas y de mayor calidad, configura un horizonte donde la provisión de productos y servicios excelentes será un elemento decisivo del éxito empresarial, y la clave de su competitividad.

Playa de Calpe (Alicante) y Peñón de Ifach
Playa de Calpe (Alicante) con el Peñón de Ifach al fondo

Si bien este es el contexto en el que se desarrollaba, entre otras, la actividad turística, es conveniente destacar aspectos diferenciadores en relación con otros ámbitos económicos. Se distinguen dos niveles de competencia, uno formado por los establecimientos de una misma zona turística, y otro compuesto por los numerosos destinos turísticos. Es innegable que la competencia dentro de una zona distribuye cuotas de mercado entre las empresas en concordancia con los bienes y servicios ofrecidos. No obstante, con la eventualidad de una oferta poco transparente o diferenciada, el turista puede acceder a establecimientos que, si son incapaces de cubrir sus expectativas respecto a la prestación del servicio, ocasionan insatisfacciones que trascienden al conjunto del destino. Consecuentemente, a una empresa turística le interesa que su competencia directa, a nivel local, proporcione servicios de calidad.

Ahora bien, aun así resulta insuficiente. El destino es más que la suma de sus empresas turísticas, en él participan los servicios prestados por los agentes públicos, la actitud de los residentes, los comercios, los equipamientos e infraestructuras, etcétera. La insatisfacción generada por parte de algún componente del sistema turístico, o incluso ajeno a él, provoca percepciones negativas que se vinculan a la totalidad. Aplicar la estrategia de la calidad no solo impacta sobre el cliente, quien, obviamente, saldrá beneficiado a través de un mejor cumplimiento de sus expectativas. El destino en su conjunto y cada empresa en particular obtendrá la mejora de su competitividad y rentabilidad.

 Además de reconocer y propiciar los atributos apetecibles para el destino turístico, dado que se proporcionan unos servicios que en definitiva son “bienes de experiencia” al exigir su consumo para evaluar después la satisfacción del usuario, debe fomentarse la transparencia y comunicación de las características de los productos ofrecidos para eludir el hecho de que una información escasa e inadecuada sobre una zona turística desencadene la desincentivación de la demanda que, desconfiada, esté dispuesta a pagar menos, desatando una espiral en el deterioro creciente de la calidad ofertada.

No obstante, resulta conveniente romper con ciertas creencias fuertemente arraigadas, tales como que la provisión de productos y servicios de mayor calidad siempre trae consigo un mayor coste. Esta consideración tiene lugar cuando se confunde la calidad con las prestaciones del producto, que no es otro que la satisfacción de las expectativas, gustos y necesidades de los consumidores.

La calidad implica “hacer las cosas como espera el cliente” a la primera. La eficacia y la eficiencia en los procesos de la prestación de los servicios turísticos reduce los costes, al no existir la necesidad de reanudar, repetir o enmendar procesos ya realizados. Por consiguiente, y considerando que los esfuerzos de la unidad de negocio deben satisfacer a los consumidores en el momento y circunstancia previstos; así como que dicho cumplimiento se refiere a lo que, en realidad, son distintos niveles de exigencia por parte de los clientes; es posible, partiendo de un conocimiento apropiado de la demanda, mejorar la calidad del producto o servicio sin que, necesariamente, dicha cualificación incida en la partida de costes.

Otra opinión extendida, que ya no se cumple en el contexto actual, es aquella que asumía una relación estable entre el precio y la calidad, de manera que una mejora de esta acarrea forzosamente un incremento del precio. Al darse por supuesto esta premisa, una elevación de los precios derivada de una calidad superior no podía ser mal acogida por el cliente. Ahora bien, la realidad es otra, dado que, siendo el consumidor consciente del aumento de la competencia y de los efectos de esta sobre los precios, quiere cada vez más calidad a un precio similar, o en ocasiones hasta inferior. Se puede hablar, incluso, de un “umbral mínimo de calidad” por debajo del cual determinados segmentos de la demanda rechazan ciertos productos y servicios, independientemente del precio al que se ofrezcan.

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Definiciones básicas del diseño de experimentos

Entendemos por experimento al cambio en las condiciones de operación de un sistema o proceso, que se hace con el objetivo de medir el efecto del cambio en una o varias variables del producto. Ello nos permite aumentar el conocimiento acerca del sistema o del proceso.  Asimismo, entendemos por “diseño de un experimento” la planificación de un conjunto de pruebas experimentales, de forma que los datos generados puedan analizarse estadísticamente para obtener conclusiones válidas y objetivas acerca del problema establecido.

En un experimento es muy importante su reproducibilidad, es decir, poder repetir el experimento. Ello nos proporciona una estimación del error experimental y permite obtener una estimación más precisa del efecto medio de cualquier factor.

 

Veamos algunas definiciones importantes en el diseño de experimentos:

  • Unidad experimental: Es la muestra de unidades que es necesario producir en una condición para obtener una medición o dato representativo. Unidad a la cual se le aplica un solo tratamiento (que puede ser una combinación de muchos factores) en una reproducción del experimento.
  • Variables de respuesta: Es la característica del producto cuyo valor interesa mejorar mediante el diseño de experimentos.
  • Factor: Una variable independiente. En la mayoría de las investigaciones se trata con más de una variable independiente y con los cambios que ocurren en la variable independiente, cuando varia una o mas de las variables independientes.
  • Factores controlables: Son variables del proceso que se pueden fijar en un punto o en un nivel de operación.
  • Factores no controlables: Son variables que no se pueden controlar durante la operación normal del proceso.
  • Factores estudiados: Son las variables que se investigan en el experimento para observar cómo afectan o influyen en la variable de respuesta.
  • Confusión: Dos o más efectos se confunden en un experimento si es posible separar sus efectos, cuando se lleva a cabo el subsecuente análisis estadístico.
  • Error aleatorio: Es la variabilidad observada que no se puede explicar por los factores estudiados;  y resulta del pequeño efecto de los factores no estudiados y del error experimental.
  • Error experimental: Componente del error aleatorio que refleja los errores del experimentador en la planificación y ejecución del experimento.
  • Aleatorización: Consiste en hacer experimentos en orden aleatorio; este principio aumenta la posibilidad de que el supuesto de independencia de los errores se cumpla. Asignación al azar de tratamiento a las unidades experimentales. Una suposición frecuente en los modelos estadísticos de diseño de experimentos en que las observaciones o los errores en ellas están distribuidos independientemente. La aleatorización hace válida esta suposición.
  • Repetición: Es correr más de una vez un tratamiento o combinación de factores
  • Bloqueo: Es nulificar o tomar en cuenta en forma adecuada todos los factores que pueden afectar la respuesta observada. Distribución de las unidades experimentales en bloques, de manera que las unidades dentro de un bloqueo sean relativamente homogéneas, de esta manera, la mayor parte de la variación predecible entre las unidades queda confundida con el efecto de los bloques.
  • Tratamiento o combinación de tratamientos: Conjunto particular de condiciones experimentales que deben imponerse a una unidad experimental dentro de los confines del diseño seleccionado.

 

El error aleatorio describe la situación de no llegar a resultados idénticos con dos unidades experimentales tratadas idénticamente y refleja:

  • Errores de experimentación
  • Errores de observación
  • Errores de medición
  • Variación del material experimental (esto es, entre unidades experimentales)
  • Efectos combinados de factores extraños que pudieran influir las características en estudio, pero respecto a los cuales no se ha llamado la atención en la investigación.

 

El error aleatorio puede reducirse:

  • Usando material experimental más homogéneo o por estratificación cuidadosa del material disponible.
  • Utilizando información proporcionada por variables aleatorias relacionadas
  • Teniendo más cuidado al dirigir y desarrollar el experimento
  • Usando un diseño experimental muy eficiente.

 

Referencias:

  • Box, G.E.; Hunter, J.S.; Hunter, W.G. (2008). Estadística para investigadores. Diseño, innovación y descubrimiento. Segunda Edición, Ed. Reverté, Barcelona.
  • Gutiérrez, H.; de la Vara, R. (2003). Análisis y diseño de experimentos. McGraw-Hill, México.
  • Vicente, M.L.; Girón, P.; Nieto, C.; Pérez, T. (2005). Diseño de experimentos. Soluciones con SAS y SPSS. Pearson Educación, Madrid.

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¿Qué es la calidad? Fácil de entender, difícil de explicar.

Este artículo está relacionado con otros en los que tratamos la evolución de la gestión de la calidadlos clientes o los problemas de calidad en los proyectos.  La calidad constituye un aspecto fundamental en la actividad de cualquier organización. Sin embargo, muchas veces el concepto de calidad se utiliza en su acepción más común y se considera como algo subjetivo, y por tanto, difícil de implementar en las empresas. Sirva el presente vídeo como un aporte a la divulgación de las distintas perspectivas que tiene la calidad. Me parece muy interesante la relación entre calidad y sostenibilidad, de la cual se hace mención al final de este Polimedia.

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¿Cómo se materializan y transfieren las unidades de medida?

¿Qué es el metro y dónde se encuentra? ¿Cómo puedo saber que lo que estoy midiendo es correcto? En un post anterior hicimos una pequeña incursión a los errores de medición. Vamos aquí a dar un somero repaso a las unidades de medida y a su materialización y transferencia. Empecemos, pues, con el Sistema Internacional de Unidades.

La existencia de varios sistemas de medida ha constituido un grave obstáculo para el comercio internacional. Durante el siglo XX se ha producido un acercamiento progresivo al sistema métrico por parte de los países que utilizaban el sistema inglés u otros. Fue en 1969 cuando se adoptó el Sistema Internacional de Unidades (SI), que es obligatorio en todo el territorio español, y que se basa en las Unidades Legales de Medida definidas por la ley 3/1985, de 18 de marzo, de Metrología.

El sistema SI consta de unidades básicas, suplementarias y derivadas, así como una terminología normalizada para los múltiplos y submúltiplos de todas las unidades de medida.

Se define el metro como la longitud del trayecto recorrido en el vacío por la luz durante un tiempo de 1/299 792 458 de segundo. Es una unidad básica cuyo símbolo es m.

Se define el kilogramo como la masa del prototipo internacional del kilogramo. Es la única unidad representada por un patrón material. Es una unidad básica cuyo símbolo es kg.

Se define el segundo como la duración de 9 192 631 770 periodos de la radiación correspondiente a la transición entre los dos niveles hiperfinos del estado fundamental del átomo de Cesio 133. Es una magnitud básica cuyo símbolo es s.

Se define el amperio como la intensidad de una corriente que, manteniéndose en dos conductores paralelos, rectilíneos, de longitud infinita, de sección circular despreciable y situados a una distancia de 1 metro, uno de otro, en el vacío, produciría entre estos conductores una fuerza igual a 2*10^7 newton por metro de longitud. Es una unidad básica cuyo símbolo es A.

Se define el kelvin como la fracción 1/273,16 de la temperatura termodinámica del punto triple del agua. Es una unidad básica cuyo símbolo es K.

Se define el mol como la cantidad de sustancia de un sistema que contiene tantas entidades elementales como átomos hay en 0,012 kilogramos de carbono 12. Es una unidad básica cuyo símbolo es mol.

Se define la candela como la intensidad luminosa, en una dirección dada, de una fuente que emite una radiación monocromática de frecuencia 540*10^12 hertz y cuya intensidad energética en dicha dirección es 1/683 watt por estereorradián. Es una unidad básica cuyo símbolo es cd.

Se define como radián al ángulo plano comprendido entre dos radios de un círculo que, sobre la circunferencia de dicho círculo, interceptan un arco de longitud igual a la del radio. Es una unidad suplementaria cuyo símbolo es rad.

Se define como estereorradián al ángulo sólido que, teniendo su vértice en el centro de una esfera, intercepta sobre la superficie de dicha esfera un área igual a la de un cuadrado que tenga por lado el radio de la esfera. Es una unidad suplementaria cuyo símbolo es sr.

Las unidades derivadas se definen de forma que sean coherentes con las unidades básicas y suplementarias; es decir, se definen por expresiones algebraicas bajo la forma de productos de potencias de las unidades SI básicas o suplementarias con un factor numérico igual a 1. Algunas de estas unidades derivadas reciben un nombre especial y un símbolo particular, tal y como se indica en la Tabla 1.

Magnitud Nombre

S

Frecuencia hertz

Hz

Fuerza newton

N

Presión, tensión pascal

P

Energía, trabajo, cantidad de calor joule

J

Potencia, flujo radiante watt

W

Cantidad de electricidad, carga eléctrica coulomb

C

Tensión eléctrica, potencial eléctrico volt

V

Resistencia eléctrica ohm

o

Conductancia eléctrica siemens

S

Capacidad eléctrica farad

F

Flujo magnético, flujo de inducción magnética weber

W

Inductancia henry

H

Flujo luminoso lumen

l

Luminancia becquerel

B

TABLA 1. Unidades SI derivadas con nombres y símbolos especiales.

Los múltiplos y submúltiplos del sistema SI se forman por medio de prefijos, que designan los factores numéricos decimales por los que se multiplica la unidad, y que figuran en la Tabla 2:

Factor

Prefijo

Símbolo

10^24

yotta

Y

10^21

zetta

Z

10^18

exa

E

10^15

peta

P

10^12

tera

T

10^9

giga

G

10^6

mega

M

10^3

kilo

k

10^2

hecto*

h

10^1

deca*

da

10^-1

deci*

d

10^-2

centi*

c

10^-3

mili

m

10^-6

micro

m

10^-9

nano

n

10^-12

pico

p

10^-15

femto

f

10^-18

atto

a

10^-21

zepto

z

10^-24

yocto

y

* Su uso es desaconsejado

TABLA 2. Múltiplos y submúltiplos del sistema SI.

La materialización de las unidades y su transferencia.

La materialización de las definiciones de las unidades del Sistema Internacional en elementos físicos denominados patrones las realizan físicamente los llamados laboratorios primarios. Estos patrones primarios tienen un valor que convencionalmente se considera verdadero y se obtiene por intercomparaciones mutuas entre los laboratorios, coordinados a través de organismos internacionales como la Agencia Internacional de Pesas y Medidas (BIPM).

A partir de los patrones primarios, se calibran otros patrones denominados secundarios o de transferencia, utilizados por los laboratorios de metrología acreditados para realizar calibraciones y emitir los correspondientes certificados de calibración. Con estos patrones de transferencia se calibran los llamados patrones de trabajo, cuya misión es la de calibrar los instrumentos y equipos de medición usados para controlar los procesos de fabricación y los productos. En cada escalón, la incertidumbre va incrementándose, debiéndose reducir en lo posible dichos escalones.

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¿Qué es el error de medición?

En este artículo tratamos con aspectos relacionados con la precisión y la exactitud que deben tener las magnitudes que manejamos los ingenieros. A veces se confunden estos conceptos y otras no tenemos claro qué es un error. Vamos, pues, a dar unas pequeñas definiciones y enlaces que permitan divulgar estas ideas.

Se puede definir la Metrología como la ciencia de la medida. Esta ciencia comprende la totalidad de los métodos sistemáticos de los que nos servimos para cuantificar características de calidad.

Medir es comparar una cantidad con su respectiva unidad, con el fin de determinar cuántas veces la primera contiene a la segunda.

Los procedimientos de medida de una magnitud física consisten en la caracterización del estado o intensidad de la misma, de manera repetible y suficientemente precisa, mediante un valor que permite elevarlo por encima de la mera percepción subjetiva.

Un aparato de medida es cualquier instrumento capaz de facilitar indicaciones dentro de su campo de medida y división de escala, cuando se aplica sobre mesurando concretos.

Pero, ¿qué es el error de medición?

Cualquier medición de una magnitud difiere respecto al valor real, produciéndose una serie de errores que se pueden clasificar en función de las distintas fuentes donde se producen. El error experimental siempre va a existir y depende básicamente del procedimiento elegido y la tecnología disponible para realizar la medición.

El error de exactitud es la desviación existente entre la media de los valores observados y el valor real. Es un error sistemático que puede ser positivo o negativo, equivaliendo al valor que hay que corregir para calibrar el equipo, o sea ajustarlo a su valor verdadero.

El error de precisión se calcula partiendo de la realización de un número de mediciones en una misma pieza o patrón, las cuales variarán entre ellas, siendo por tanto este error de tipo aleatorio. Esta dispersión es inherente a todos los equipos de medida, debido a las holguras de sus mecanismos, variaciones en la fuente de alimentación de un circuito eléctrico, etc. Se suele dar en función de la desviación típica, por lo cual se necesita efectuar un mínimo de mediciones para que tenga un nivel de confianza.

La exactitud indica los resultados de la proximidad de la medición con respecto al valor verdadero, mientras que la precisión con respecto a la repetibilidad o reproductibilidad de la medida.

 Una vez efectuadas las correcciones de exactitud, las medidas se deben dar con su incertidumbre, es decir, con el margen probable de error dentro de cuyos límites se estima que se encuentra el valor exacto. Según el acuerdo adoptado por EAL (European cooperation for Accreditation of Laboratories), se ha decidido emplear un intervalo de incertidumbre de dos desviaciones típicas, que en el caso de una distribución normal corresponde a un nivel de confianza del 95,44%.

 Los errores pueden tener diversas fuentes que pueden ser conocidas, tales como la influencia del operador, la variación entre operadores, las diferencias entre las piezas a medir, variación del equipo de medición y del método seguido, e incluso la variación entre laboratorios. Las medidas observadas son resultado de todas las variaciones.

El error total puede calcularse en función de los tipos de errores que influyen en la medición. Si los errores son independiendientes entre sí, la varianza del error combinado será la suma de las varianzas de las variables de los errores parciales. Si hay influencia entre ellos, habría que añadir sumandos teniendo en cuenta los coeficientes de correlación correspondientes.

Para entender estos conceptos y otros relacionados como el de fiabilidad y validez de los datos, os dejo el siguiente vídeo de la Universidad de Murcia. Espero que os guste.

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