¿Todos los actores que intervienen en la gestión y materialización de un proyecto de construcción tienen relaciones fluidas? ¿Se entienden entre ellos? En post anteriores ya hablamos de los problemas de los proyectos, de los problemas de calidad y los despilfarros, de la norma ISO 10006 como vía para mejorar dichos problemas, e incluso de los problemas que presentan los propios recursos humanos en relación con la calidad. Hoy nos vamos a centrar en los actores de este proceso tan complejo. Seguro que de la lectura de las ideas que vienen a continuación se pueden sacar más conclusiones o debate. Os animo a ello.
Entre los actores que intervienen en la construcción de una obra de edificación o de ingeniería civil (promotor, propiedad, usuario final, etc.) destacamos cuatro cuyas relaciones van a determinar la posibilidad de establecer una gestión de proyectos según el espíritu recogido en las normas ISO 10006. Éstos son los siguientes:
- Proyectista (P): será el técnico o el conjunto de ellos cuya misión consiste en definir las especificaciones de las obras en un documento que tradicionalmente recibe el nombre de proyecto.
- Dirección Facultativa y Control (D): lo constituyen el conjunto de técnicos que controlan la adecuación de las obras a lo previsto, resolviendo aquellas circunstancias inesperadas.
- Constructor (C): es la empresa contratista, así como otras subcontratadas por ésta, que materializan la obra de acuerdo al proyecto y a las indicaciones de la dirección facultativa.
- Gestor de la Infraestructura (G): está representado por la persona o empresa que explota para su beneficio las obras. Pueden ser o no los usuarios finales de las mismas.
Estos cuatro agentes tienen objetivos particulares que pueden coincidir con el de los demás o no. Así las características definitorias de la obra influyen en la explotación y en los costes de mantenimiento, la minimización de los costes de implantación no corresponden con la de la vida útil de la obra, los plazos y costes se relacionan con los procedimientos constructivos, etc. Sólo cuando confluyen los objetivos de cada parte interesada, pueden establecerse asociaciones entre estos agentes. Ello define distintas modalidades de diseño, construcción y explotación de las obras de edificación e ingeniería civil. Se pueden definir un total de 24-1=15 formas distintas de compartir objetivos entre los 4 agentes anteriormente considerados. En la Tabla se detallan todas las posibilidades, de las que 5 de ellas son inusuales, puesto que:
- El proyectista y el constructor sólo comparten objetivos comunes cuando también lo hacen con la dirección facultativa.
- No es habitual que el explotador tenga objetivos comunes sólo con el proyectista.
HABITUAL | POCO FRECUENTE |
|
PDCG |
P-DC-G | PC-D-G |
P-DCG |
P-DG-C | PCG-D |
PDC-G |
PD-C-G | PC-DG |
PDG-C | P-D-CG | PG-D-C |
PD-CG | P-D-C-G | PG-DC |
Tabla, Modalidades de asociación de intereses.
Así, podríamos referenciar, a modo de ejemplo, algunas de estas relaciones que son habituales:
- Obra pública (P-D-C-G). Una administración pública promueve una infraestructura que posteriormente gestionará o no. Existen diversas variantes, por ejemplo en la construcción de una autovía es el encargo a una consultora de un proyecto, la licitación pública de las obras y la dirección facultativa de los técnicos de la administración con asistencias técnicas especializadas. Quizá sea la peor situación posible para el gestor de la infraestructura. La gestión del proyecto es el resultado de equilibrios entre cada una de las partes. El constructor persigue la eficiencia económica, la dirección de las obras debe interpretar y modificar el proyecto original, y en algunas ocasiones el propio control de las obras se delega en el contratista. En esta situación los intereses contrapuestos alejan el coste total de la infraestructura del óptimo: el gestor de la infraestructura no la ha diseñado, el constructor busca modificar el proyecto para maximizar sus objetivos, el control es de producto terminado asumiéndose desviaciones que se consideren como no críticas, etc. Normalmente la vida útil de la obra es menor a la prevista y los costes de gestión y mantenimiento superan los pronósticos.
- Concesión pública (versión PDCG). Un concesionario, por ejemplo de una autopista, va a ofrecer al usuario un servicio que debe explotar por un periodo lo suficientemente dilatado. Independientemente de ser promotor, está interesado en la gestión de una inversión rentable globalmente, desde la construcción de la infraestructura hasta su gestión y mantenimiento. El grupo gestor agrupa las funciones de proyectista, dirección facultativa, constructor y gestor de la infraestructura. Los objetivos de cumplimiento de plazo, costes y calidad quedan equilibrados.
- Promoción inmobiliaria (versión PDC-G). Un promotor de viviendas, independientemente de que tenga la propiedad, puede asumir como propias las funciones de proyectista, dirección facultativa y constructor. En esta situación el objetivo consiste en la disminución de los costes de proyecto y construcción, ajustando los plazos al mínimo económico. Sin embargo el explotador de la infraestructura que muchas veces será el usuario de la vivienda, son los receptores del resultado de la gestión del proyecto. En estos casos no suele considerarse la optimización de los costes de mantenimiento y la vida útil.
A la vista de las posibles situaciones planteadas, la gestión de proyectos, según se recoge en la norma ISO 10006 será adecuada en la medida que confluyan los intereses de cada una de las partes. Las relaciones que favorecen la implantación de este sistema de gestión pasan por la confluencia entre la construcción y la explotación posterior de las infraestructuras, no despreciando las que relacionan el diseño y el control de conformidad de los construido con la propia constructora y explotadora.
Referencias:
YEPES, V.; PELLICER, E. (2003). ISO 10006 “Guidelines to quality in project management” application to construction. VII International Congress on Project Engineering. 10 pp. ISBN: 84-9769-037-0.