Cualquier tipo de infraestructura, ya sea una carretera o un puente, presenta un proceso de deterioro a lo largo de su vida útil debido al paso del tiempo y también al resultado de acciones y solicitaciones externas. Otros factores que pueden determinar la duración de esta vida útil pueden ser los errores o defectos ocurridos en fase de proyecto o bien durante el proceso de construcción. El tiempo, portanto, influye directamente en la mayor parte de las variables que intervienen en los procesos de deterioro, tanto en los físicos (acciones, características resistentes, interacción con el terreno, etc.) como en los químicos (corrosión, carbonatación, cloruros, sulfatos, etc.). El análisis de la vida útil de un puente es, por tanto, un proceso complejo que requiere identificar las variables que afectan a la durabilidad y su distribución temporal. El deterioro es un proceso inherente a las estructuras, y por tanto, inevitable, aunque los sistemas de gestión tratan de cuantificarlo y controlarlo mediante estrategias de mantenimiento. Sus efectos pueden ser devastadores, reduciendo drásticamente sus aspectos funcionales, portantes, confort y seguridad.
Para profundizar en este tema, os dejo un vídeo producido por el Instituto Eduardo Torroja donde Faviano Tavares explica la aplicación de los métodos matemáticos en la estimación de la vida útil de las estructuras. Espero que os sea de interés.