Cuando estudiaba ingeniería, en la década de los 80, nos acostumbraron nuestros profesores a utilizar las unidades habituales en ese momento como las toneladas, los kg/cm2, caballo de potencia, y otras parecidas. Era un sistema que, si bien distaba del sistema anglosajón de unidades (pie, pulgada, yarda, etc.), al menos estaba basado en el sistema métrico decimal. Se trataba del sistema MKS de unidades, basado en el metro, el kilogramo y el segundo. Siendo puristas, utilizábamos mal las unidades, confundiendo los kilogramos (que miden la masa) con las unidades que deberían medir la fuerza, y lo resolvíamos diciendo que se trataba de un “kilogramo-fuerza”, pero a los dos minutos, se nos olvidaba. También era habitual hablar de densidades de los materiales, cuando realmente queríamos referirnos a los pesos específicos de los mismos. Muchas horas pasamos como estudiantes de bachiller pasando unidades de un sistema a otro en las asignaturas de física.
De hecho, muchos ingenieros de cierta edad e incontables libros de texto continúan utilizando este sistema MKS, que si bien fue el precursor del actual Sistema Internacional de Unidades, conviene arrinconar de una vez por todas en todo tipo de texto o comunicación técnica. A veces es muy fácil, por ejemplo, el kilogramo-fuerza se puede sustituir fácilmente por el decaNewton (daN), eso sí, asumiendo cierto pequeño error al redondear la aceleración de la gravedad a 10 m/s2 en vez de los 9,81 m/s2. También hay que asumir el cambio de los kg/cm2 por los MPa (1 kg/cm2 ≈ 0,10 MPa = 0,10 N/mm2), en el caso de la resistencia característica del hormigón, sustituir las toneladas por los kN (1 t ≈ 10 kN), y sustituir los caballos de potencia CV por los kW (1 CV ≈ 0,735 kW). Así y todo, aún nos costará librarnos de las pulgadas cuando nos referimos, por ejemplo, a los diámetros de las tuberías. Todo se andará.
Como anécdota me comenta nuestro compañero Ángel Gil lo siguiente (ver la noticia en El País): La sonda Mars Climate fue construida por Lockheed Martin Astronautics, empresa americana que trabaja con el sistema imperial. Su sistema de navegación fue desarrollado por el Jet Propulsion Laboratory, que, como trabaja habitualmente con muchos equipos europeos, rusos, japoneses, etc, utiliza el sistema internacional. El resultado fue que la altitud sobre Marte se medía en km, pero se interpretaba como si fuesen millas. Cuando la nave pensaba que estaba abriendo el paracaídas a una altura en millas, en realidad era una altura 1,6 veces menor… Y se acabó estrellando.
En España el tema de las unidades de medida está legislado. Así el Real Decreto 2032/2009, de 30 de diciembre, establece las unidades legales de medida. Ningún estudiante, técnico o profesor debería ser ajeno a esta normativa. Por ser de gran importancia, os paso el texto íntegro para que lo uséis siempre.
También podéis descargar la traducción al español de la 9ª edición del Sistema Internacional de Unidades (SI):