
La importancia económica de las playas no solo es un hecho relevante en España, sino también en otros países (Houston, 1996). Datos referidos a la Comunitat Valenciana indican que cada metro cuadrado de playa útil produce más de 700 € al año, teniendo en cuenta el gasto total generado por los turistas que se desplazan a su litoral, cifra que contrasta con los 3 €/m^(2) anuales que genera la economía valenciana en su totalidad. En casos extremos como el de Benidorm, este valor se multiplica por 17 (Yepes, 2002). A ello hay que sumar la escasez de la superficie útil de las playas urbanas que permiten el uso turístico masivo, pues apenas suponen un 0,001 % de la superficie nacional, pero proporcionan más del 10 % de la renta (Iribas, 2002). Todo ello, sin olvidar la relevancia que tienen las playas desde el punto de vista medioambiental y de protección costera.
Las playas, piedra angular del turismo litoral, constituyen un recurso limitado y frágil, así como un factor limitante para la industria turística española (Yepes, 1995). En particular, la arena de las playas y el espacio litoral son dos recursos naturales fundamentales para la sostenibilidad económica y medioambiental de las regiones costeras (Yepes y Medina, 2005). Este recurso debe gestionarse adecuadamente para garantizar su sostenibilidad y, con ella, la del propio turismo. Algunos estudios (Jiménez et al., 2007; Silva et al., 2007; Ariza et al., 2008; Roca y Villares, 2008) indican la importancia de dicha gestión.
Las playas conforman un sistema multidimensional imbricado dentro de otro más amplio formado por la zona costera, que incluye otros subsistemas que interactúan entre sí (James, 2000): el físico-natural, el socio-cultural y el de gestión. La falta de simbiosis entre cada uno de ellos repercute negativamente en el resto. Así, por ejemplo, la satisfacción de los usuarios está relacionada, entre otros factores, con la anchura óptima de la playa (ver Valdemoro y Jiménez, 2006), pero este factor rara vez se tiene en cuenta en su gestión turística. En este sentido, Yepes y Medina (2007) advierten la necesidad de una gestión específica para el caso de playas encajadas de uso intensivo, donde la pérdida de arenas por la acción humana puede generar un apreciable retroceso de la línea de costa. Estos espacios litorales son algo más que un anexo de la trama urbana y, en muchos casos, se obvia su función de reserva sedimentológica y el hecho de que son hábitat de numerosas especies. El enfoque sistémico permite justificar el empleo de la Gestión Integrada del Litoral como herramienta para acomodar el incremento de la presión antrópica (Sardá et al., 2005; Barragán, 2006). Solo desde esta perspectiva debería entenderse la gestión turística de las playas.
Así pues, es imperativo establecer un sistema de gestión turística y ambiental de las playas de uso intensivo que permita mantener los beneficios económicos y sociales a largo plazo. Sin embargo, la anulación por el Tribunal Constitucional del artículo 34 de la Ley de Costas de 1988 y la falta de legislación sustitutoria han supuesto un importante retraso en la implantación de sistemas efectivos de gestión de playas (ver Yepes, 2002). Para que esto fuera posible, sería imprescindible crear un órgano de gestión local que planificara y coordinara las acciones necesarias.
Ante la falta de regulación, los instrumentos de gestión voluntarios y los basados en la demanda del mercado pueden ser cada vez más relevantes como impulsores del cambio que se considera ineludible para lograr beneficios económicos, ambientales y sociales. Así, ante la ausencia o la deficiente gestión turística de las playas españolas, Yepes et al. (1999) propusieron la adopción voluntaria de sistemas de aseguramiento de la calidad y del medioambiente en su gestión. El decidido apoyo de distintas administraciones públicas, que han favorecido la implantación y certificación de sistemas de calidad, ha supuesto un cambio sustancial en el enfoque de la ordenación de los usos y la explotación de estos espacios litorales por parte de algunos municipios (Yepes, 2007). En los municipios donde se han aplicado masivamente estos modelos (ISO 9001, ISO 14001, EMAS, «Q» del ICTE), se ha comprobado que pueden integrarse perfectamente entre sí. Esto ha dado inicio a una gestión racional de los usos de las playas, con la finalidad de satisfacer a todas las partes interesadas: turistas, población local, medio ambiente y generaciones futuras.
Referencias:
- ARIZA, E.; SARDÁ, R.; JIMÉNEZ, J.A.; MORA, J.; ÁVILA, C. (2008). «Beyond performance assessment measurements for beach management: Application to Spanish Mediterranean beaches», Coastal Management, núm. 36, pp. 47-66.
- BARRAGÁN, J.M. (2006). La gestión de áreas litorales en España y Latinoamérica, Cádiz, Ed. Universidad de Cádiz, 198 pp.
- HOUSTON, J.R. (1996). «International tourism & U.S. beaches», Shore and Beach, núm. 64 (2), pp. 3-4.
- IRIBAS, J.M. (2002). «Una perspectiva sociológica sobre las playas», OP Ingeniería y territorio, núm. 61, pp. 78-85.
- JAMES, R.J. (2000). «From beaches to beach environments: linking the ecology, human-use and management of beaches in Australia», Ocean & Coastal Management, núm. 43, pp. 495-514.
- JIMÉNEZ, J.A.; OSORIO, A.; MARINO-TAPIA, I.; DAVIDSON, M.; MEDINA, R.; KROON, A.; ARCHETTI, R.; CIAVOLA, P.; AARNIKHOF, S.G.J. (2007). «Beach recreation planning using video-derived coastal state indicators», Coastal Engineering, núm. 54, pp. 507-521.
- ROCA, E.; VILLARES, M. (2008). «Public perceptions for evaluating beach quality in urban and semi-natural environments», Ocean & Coastal Management, núm. 51, pp. 314-329.
- SARDÁ, R.; AVILA, C.; MORA, J. (2005). «A methodological approach to be used in integrated coastal zone management processes: the case of the Catalan Coast (Catalonia, Spain) », Estuarine Coastal and Shelf Science, núm. 62, pp. 427-439.
- SILVA, C.P.; ALVES, F.L.; ROCHA, R. (2007). «The Management of Beach Carrying Capacity: The case of northern Portugal», Journal of Coastal Research, núm. SI 50, pp. 135-139.
- VALDEMORO, H.I.; JIMÉNEZ, J.A. (2006). «The Influence of Shoreline Dynamics on the Use and Exploitation of Mediterranean Tourist Beaches», Coastal Management, núm. 34(4), pp. 405-423.
- YEPES, V. (1995). «Gestión integral de las playas como factor productivo de la industria turística. El caso de la Comunidad Valenciana», Actas III Jornadas Españolas de Ingeniería de Costas y Puertos, vol. III, pp. 958-976.
- YEPES, V.; ESTEBAN, V.; SERRA, J. (1999). «Gestión turística de las playas. Aplicabilidad de los modelos de calidad», Revista de Obras Públicas, núm. 3385, pp. 25-34.
- YEPES, V. (2002). «La explotación de las playas. La madurez del sector turístico», OP Ingeniería y territorio, núm. 61, pp. 72-77.
- YEPES, V.; MEDINA, J.R. (2005). «Land Use Tourism Models in Spanish Coastal Areas. A Case Study of the Valencia Region», Journal of Coastal Research, núm. SI 49, pp. 83-88.
- YEPES, V.; MEDINA, J.R. (2007). «Gestión de playas encajadas de uso intensivo», Libro de Resúmenes de las IX Jornadas Españolas de Ingeniería de Costas y Puertos, pp. 175-176.